¿Cómo valora el pacto para la reactivación económica y social de la Región de Murcia?
Mi valoración es muy positiva. Creo que nuestra Región, para hacer frente a la situación que nos asola, debe contar con las empresas y entidades de la Economía Social y este pacto así lo pone de manifiesto. Pienso que uno de los principales motivos de crecimiento de este tipo de empresas en la Región de Murcia, es la unión que hay en este sector por parte de sus organizaciones representativas, lo cual ha posibilitado que podamos acordar la necesidad de promover la Economía Social en la Región de Murcia, como palanca para la reindustrialización y el fortalecimiento del tejido económico, como vector de una Economía Verde o el papel que juega en la construcción y renovación de vivienda accesible para todos, en la agricultura sostenible y por supuesto en la distribución de alimentos, entre otros.
¿Cómo ve el papel que está desarrollando Amusal para la promoción socio económica de la Región?
Amusal ha demostrado, desde su constitución, que siempre ha estado al lado de las sociedades laborales de nuestra Región, muestra de ello es que está llevando a cabo un esfuerzo continuo, por acoger en su organización al mayor número de sociedades, que les permita poder ofrecer más y mejores servicios para el sector. Amusal ha sido interlocutor directo con la administración, en los distintos pactos y acuerdos que han permitido el crecimiento de la economía social en la Región, crecimiento que nos ha situado a la cabeza a nivel nacional de este tipo de empresas.
Hace pocos días pudimos firmar con Amusal y el resto de organizaciones empresariales de la Economía Social, el ‘Pacto Regional para la Reactivación Económica y Social de la Región de Murcia’ ante la pandemia de la COVID-19, el cual permitirá impulsar todas las medidas necesarias para el mantenimiento del empleo y la consolidación de estas empresas ante esta nueva realidad. Por lo tanto, sólo puedo felicitarles y animarles a continuar con esta encomiable labor que están llevando a cabo, en su ánimo de crecer fomentando el asociacionismo y ofreciendo mayores servicios y de mejor calidad.
En la situación actual post COVID-19, ¿Qué fortalezas tiene la Economía Social para reactivar el tejido económico y empresarial?
Las empresas de la Economía Social tienen unos valores, que les hacen afrontar con mayores garantías que otros modelos empresariales los desafíos actuales, como son la primacía de la persona y del interés general, la reinversión de los beneficios y una gobernanza democrática y participativa, es decir, son “empresas con alma”. Tenemos experiencia de crisis anteriores, donde hemos podido observar cómo las empresas de Economía Social han contenido mejor el desempleo. Además el empleo en la Economía Social es de calidad, más estable y resiliente, lo cual se traduce en un empleo con menores índices de temporalidad, mayor igualdad, y menor brecha salarial. Otra característica a destacar es que estas empresas, poseen un modelo de gestión que mitiga los efectos de la deslocalización del tejido productivo.
¿Cómo valoraría la transformación de las empresas que están pasando por dificultades, en empresas de Economía Social como son las sociedades laborales?
En España tenemos reciente el recuerdo de la última crisis económica, cuando, de repente, tenemos que afrontar el hecho de adentrarnos en otra. Si bien es cierto que las causas difieren, esta crisis supondrá igualmente un gran esfuerzo por parte de todos. En la anterior crisis, pudimos observar que las empresas de Economía Social resistieron mejor que otro tipo de sociedades, lo cual se puso de manifiesto por ejemplo, con un mantenimiento del empleo superior al resto. El hecho de que sean empresas donde la mayor parte del capital está en manos de sus trabajadores y, por tanto, exista una primacía de la persona sobre el capital, unido al gran compromiso que tienen con el entorno, les confiere a estas empresas una mayor capacidad de resiliencia sobre otros modelos de gestión. Por lo tanto, es una opción que tienen a su alcance las sociedades limitadas o anónimas, en la que ante las dificultades que puedan encontrar para su continuidad, los trabajadores puedan hacerse con más del 50% del capital que asegure su pervivencia, aprovechando las ventajas fiscales y las ayudas que pueden recibir de la administración regional.